Para la consecución de un entorno amigable, la OMS establece un Ciclo de Mejora Contínua de cuatro fases: Diagnóstico, Planificación, Intervención y Evaluación. Esta metodología se aplica en base a ocho áreas de intervención:
Transporte, para que todas y todos podamos movernos con facilidad dentro y fuera de nuestros pueblos y ciudades.
Vivienda, para que podamos disponer de viviendas adaptadas a nuestras necesidades.
Participación y tejido social, fomentado la ayuda mutua entre vecinos.
Respeto e inclusión, trabajando en conjunto todas las generaciones.
Participación ciudadana y empleo, promoviendo un sentimiento de ciudadanía y un empleo flexible a las necesidades de las personas.
Comunicación e información, conociendo todas las oportunidades que ofrecen nuestros pueblos y ciudades para divertirnos, colaborar, aprender, disfrutar…
Servicios sociales y de salud, sabiendo de qué recursos disponemos y cómo podemos solicitarlos.
Espacios al aire libre y edificios, fomentando el uso de los espacios públicos (parques, jardines, polideportivos, plazas…) contribuyendo a su mejora y compartiendo nuestros lugares favoritos con los demás.